12 marzo, 2014

Tarta Pocoyó y el bizcocho que quiso ser naranja y se quedó en mostaza

Hola, otra vez por aquí!!!

Ahora con una tarta de Pocoyó, con bizcocho arco iris, para mi pequeño Hugo en su primer cumpleaños.

Y mi primera pseudo-mesa dulce. Y digo pseudo porque me faltaron por poner tantas cosas que tenía previstas... ayyy!!! ya se sabe, en casa del herrero... 


Mira que empecé los preparativos con tiempo. Sin ir más lejos las bolitas para los cake-pops las tenías congeladas e insertadas en sus palitos varias semanas antes. Las guirnaldas impresas y recortadas con antelación. Tenías todas las ideas claras sobre las recetas, sobre la decoración, el local alquilado y los invitados avisados.



Pero nada, al final todo con prisas. La noche antes de la fiesta tenía a mi prima, su novio y mi hermano recortando círculos de cartulinas de todos los colores. Ese era el tema de decoración, Pocoyó y círculos de colores por todos lados. Los pobres incluso bañaron los cake pops en el chocolate, chicos MIL GRACIASSSS!!! Al final creo que hasta les gustó hacerlo y todo.


Y es que ser mamá-trabajadora-novia-ama de casa-hija-nuera-hermana-cuñada y repostera todo a la vez NO PUEDE SER!!! O por lo menos rendir al 100% en todas las facetas y pretender dar una fiesta perfecta para 50 invitados ni más ni menos, faltaría más. Ni que fuera yo mujer Rexona.


En esta ocasión no pongo recetas, la del bizcocho arco iris o rainbow cake la podéis ver aquí. Esta vez la cubrí con nata ya que aquí en España estamos más acostumbrados a su sabor que a otros tipos de cremas, tipo buttercream que sigue pareciendo demasiado dulce, por lo menos a mí. La decoré con círculos de colores de fondant. Ya pagué la novatada con la primera tarta de fondat, y aprendí que el fondant y la nata no se llevan nada bien. Así que dejé la tarta montada y justo antes de que llegasen los invitados pegué los círculos que ya traía preparados de casa.


El resto de le mesa dulce incluía mini cupcakes de zanahoria con ganaché de chocolate, mini cupacakes red velvet con nata, cake pops de fresa con chocolate, nubes o marshmallows con chocolate, gominolas y cajitas con chuches para que los peques se las llevasen de recuerdo.


Y vosotros diréis, esta se enrolla más que la pata de un romano pero no cuenta a qué viene lo del bizcocho naranja-mostaza. Veréis, no sólo corrí y corrí para prepararlo todo. Y no sólo se me olvidó poner en la mesa algunas cosas que tenía preparadas. NO. También metí la pata, ¡y de qué modo! Error de los de primaria de EGB. Ante mi ya conocida falta de colorantes, quise obtener color naranja mezclando otros dos colores. Pero ¿cuáles mezclé? VERDE y AMARILLO, ni más ni menos. Como no lo conseguía, echaba un poquito más de amarillo y... nada. Pues un poquito más de verde... nada. Claro, ¿cómo va a salir bien? ROJO y AMARILLO Lupi, rojo y amarillo son los que hay que mezclar. Ayy, supongo que puedo echarle la culpa a los nervios y el estrés. El caso es que lo que conseguí fue un color mostaza raro. Pero estaba buena, que conste.


Quiero dar las gracias, aunque ell@s no lo vayan a leer, a todos los que nos echaron una mano para que todo saliese bien: a las abuelas por la mesa salada, por lo visto estaba todo buenísimo (yo no probé nada), gracias a las dos, os lo currasteis muuuchooo. A Marta y Susana por la todas las cositas que nos trajisteis. A Lola, Ana y Luli por ayudar a hacer bocadillos, montar mesas, e ir y venir del supermercado. A Dani por venir rápido y veloz con el ordenador. A Pablo por recortar circulitos. A Carmen y Víctor por recortar, y recortar, por las risas con las bolitas suicidas de chocolate, y por recoger y ordenar tooodaaasss las cosas al llegar de la fiesta. Cómo os lo currasteis, GRACIASSS!!! Os quiero. A la tata Carmen, que le ha hecho a Hugo el regalo que más le ha gustado: su primera bici!!! Y a todos y todas por venir, MIL GRACIAS, de verdad. Familia desde Cádiz, de Marbella, compis de trabajo, amigos, todos. OS QUEREMOS.


En fin, ya se terminó el sentimentalismo por hoy.

La primera fiesta de cumpleaños de mi niño fue estresante y agotadora, y a la vez MARAVILLOSA!!! Todos contentos, comidos y bebidos, muchos regalitos para mi enano, risas, reencuentros, un éxito.

Lo vuelvo a repetir, sin duda.

24 febrero, 2014

Tarta Peppa Pig y la falta de materiales

¿¿Rosita?? ¿¿Yo??

¿Qué me está pasando?


¿Quizás al hacerme mamá me he vuelto ñoña?

¿Mis ojos se han vuelto daltónicos y ahora no distingo el rosa del rojo? 

No he vestido a mi enano de bebé NUNCA, y he huido tan rápido como he podido del color celeste para sus ropas y complementos. Y ahora esto!!! Hago una tarta que no puede ser más rosita y tierna... con banderitas y coloretes en las mejillas... ayyy!!! Pero es que la ocasión lo requería.


Azahara quería que su tarta fuese rosa por fuera, y de chocolate, y SÓLO CHOCOLATE por dentro. Si incluía algo por dentro que no fuese chocolate (mermelada, nata o algún tipo de crema) se negaría a probarla. Y ¿cómo vamos a hacerle eso a la pequeña en su 4º cumpleaños? Ni hablar. 

Así que me puse manos a la obra, y una vez más recurrí al que se está convirtiendo en mi vademécum de recetas tarteriles, Objetivo Tarta Perfecta de Alma Obregón. En esta ocasión para hacer el bizcocho de chocolate negro

Por cierto, aviso antes de que nadie se eche las manos a la cabeza. Este bizcocho lleva agua hirviendo!!! Sí, habéis oído bien, agua hirviendo. Creo que será para que quede más esponjoso, o húmedo, o... vete tú a saber!! Lo investigaré. Así que el resultado antes de hornear es un poco raro. Un líquido oscuro de aspecto algo sospechoso que en nada se parece a la masa corriente de un bizcocho antes de hornear, pero está muyyy rico y esponjoso, lo garantizo. 

Y ahora vamos con la receta:

BIZCOCHO DE CHOCOLATE NEGRO

Ingredientes para 5 moldes de 15 cm o 3 moldes de 18 cm
  • 120 ml de aceite de oliva suave
  • 375 gr de azúcar
  • 225 gr de harina
  • 75 gr de cacao
  • 3 cucharaditas de levadura química
  • 3 huevos talla M
  • 225 ml de leche
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 225 ml de agua hirviendo
Relleno de ganache de chocolate
  • 300 gr de chocolate negro amargo
  • 150 ml de nata
Cobertura de buttercream
  • 250 gr de mantequilla 
  • 325 gr de icing sugar
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 2 cucharadas de leche semidesnatada



Precalentamos el horno a 180º

Tamizamos harina, cacao y levadura química. Reservamos.

Batimos aceite, azúcar y huevos hasta que estén bien integrados. Incorporamos la mezcla de harina y cacao. Una vez la mezcla sea homogénea, incorporamos la leche y la vainilla y  batimos de nuevo. Echamos el agua hirviendo. Volvemos a batir. Aunque parezca extraño quedará muy líquida. Que no cunda el pánico, debe quedar así.

Repartimos la masa por igual entre los moldes que vayamos a utilizar. Yo he usado 3 moldes de 18 cm. Los compro en Mercadona de usar y tirar, y los uso hasta 3 veces y luego los deshecho. Son bastante prácticos, la verdad, si como yo, no tienes tantos moldes como te gustaría.

Horneamos 25 minutos o hasta que los bordes del bizcocho se separen ligeramente del molde y al introducir un palillo salga limpio.

Dejamos enfriar en una rejilla y vamos preparando la ganache.

Calentamos la nata. Cuando empiece a hervir retiramos del fuego y añadimos el chocolate troceado.

Removemos hasta que se integren y dejamos templar. Que maravilloso momento este!! Que olor desprende el chocolate!! Me encanta!!

Una vez templado rellenamos y montamos la tarta.

Para la buttercream batimos la mantequilla con el icing sugar tamizado, el extracto de vainilla y la leche. Primero a velocidad baja durante 1 minuto y 5 minutos más a velocidad media-alta hasta que se vuelva casi blanca y cremosa. En este momento podemos añadir el colorante que queramos. 


En mi caso añadí un poquitín de colorante rojo para conseguir el rosa. Como ya he dicho ¡¡me faltan materiales!! Me parece que ya estoy siendo bastante jartible con el tema reposteril porque estos Reyes pasados me han regalado bastantes cositas relacionadas con el tema, entre ellas varios colorantes rosas de diferentes tonalidades. Lo que he dicho, me estoy volviendo ñoña.

Peppa Pig y su hermano de fondant, y unas guirnaldas para rematar.

Parece que gustó bastante, no creéis??


Mil besosss!!!

16 febrero, 2014

Para una niña muuuuyyyy golosa




Mi compañera de trabajo me propuso un reto: hacer cupcakes de chocolate blanco, que al parecer es el chocolate que más le gusta a su hija, y a muchos niños también les encanta, aunque he encontrado algún que otro adulto (como mi prima) que suele decir: ¡¡Eso no es chocolate!!, igualito que yo con la Coca-Cola Light, ¡¡ESO NO ES COCA-COLA!! jajaja. 


A mi hermano pequeño también le encanta el chocolate blanco. Así que esta vez decidimos meter las manos en la masa los dos juntos, pero mientras llegó el momento de ponernos a ello y sin darnos cuenta nos habíamos zampao entre los dos una tableta enterita del susodicho chocolate. Tengo que confesar que me estoy haciendo cada vez más golosa, y oye, que le he cogido el truquillo al sabor del chocolate blanco, y al del negro puro también.


CUPACKES DE CHOCOLATE BLANCO

INGREDIENTES PARA 12 CUPCAKES
  • 100 gr mantequilla sin sal
  • 170 gr azúcar
  • 2 huevos medianos
  • 200 gr harina
  • 1 cucharadita levadura
  • 125 ml leche semidesnatada
  • 100 gr chocolate blanco
INGREDIENTES BUTTERCREAM DE CHOCOLATE BLANCO
  • 250 gr mantequilla sin sal 
  • 250 azúcar glas o  icing sugar
  • 100 gr chocolate blanco
  • 1 1/2 cucharadita extracto de vainilla
  • 1 cucharada leche semidesnatada

Precalentamos el horno a 180º.
Derretimos el chocolate blanco, en microondas o al baño maría. Yo personalmente prefiero hacerlo al baño maría, pero es cuestión de gustos. Si optáis por el modo microondas hacedlo muy poco a poco, por ejemplo 30 segundos y remover y si notáis que no está fundido volver a repetir. Una vez derretido reservar.
Batimos la mantequilla con el azúcar.
Añadimos los huevos uno a uno mezclando bien. No añadir el segundo huevo hasta que el primero esté totalmente integrado.
Añadimos el chocolate blanco y mezclar.
Añadimos la harina con la levadura y la leche, alternando un poco de harina, un poco de leche, empezando y terminando siempre por los ingredientes secos.
Hornear 15-20 minutos o hasta que al pincharlos con un palillo salga limpio.



Para hacer el buttercream derretimos el chocolate en el microondas o al baño maría y esperamos a que se temple.
Ponemos en un bol el icing sugar, la mantequilla, la vainilla y la leche. Yo prefiero no añadir todo el azúcar de un tirón, sino echar sólo una parte, por ejemplo 175 gr, e ir añadiendo poco a poco hasta conseguir la textura y sabor deseado.
Batimos a velocidad baja un minuto. Después  batimos otros 2 minutos a velocidad media-alta hasta que la crema tome un color casi blanco.
Añadimos el chocolate blanco, que debe estar prácticamente frío, y batimos otros 2-4 minutos más, hasta que el chocolate esté bien integrado y la mezcla sea homogénea y tenga la consistencia deseada.
Listo para decorar nuestros cupcakes como más nos plazca.


Ea, espero que os guste. Hasta la próxima!!!



09 febrero, 2014

El regreso y Rainbow Cake

Querido blog,

Qué de tiempo ha pasado!! Te he echado de menos. ¿Y tú a mí? Mira que me prometí que nuestra relación sería seria y estable, y a la primera de cambio, te abandono, pobrecillo.

Para compensarte, a partir de ahora intentaré que nos veamos más a menudo, pero sin promesas, ¿eh?, cuando nos venga bien a los dos. Y para empezar, hoy te traigo... la tarta arco iris!!! Con temática Angry birds!!!


Es una tarta muy rica, y muuuyyy llamativa una vez que la cortas.


Encanta a todos los que asisten al cumple (o evento).


Ya la he hecho dos veces y en cuanto se hace el primer corte siempre se escucha a los comensales: ¡¡¡"ohhh... qué bonitooo"!!! Triunfo asegurado.



Vamos con la receta.

Rainbow Cake  

Podéis encontrar cientos de recetas, yo he usado la del maravilloso libro de Alma Obregón: Objetivo Tarta Perfecta pero duplicando las cantidades para cinco bizcochos de 26 cm de diámetro.

Para la masa:

  • 500 ml de aceite oliva suave
  • 500 gr de azúcar
  • 500 gr de harina
  • 5 cucharaditas de levadura
  • 10 huevos
  • 3 cucharaditas de pasta de vainilla
  • Colorantes en pasta de los colores que deseéis

Para la crema de mantequilla (buttercream)

  • 600 gr de mantequilla
  • 400-600 gr de azúcar superfino o azúcar glas
  • Extracto de vainilla (o el sabor que prefiráis)


Precalentamos el horno a 180º. Engrasamos y enharinamos los moldes o los rociamos con spray desmoldante.

Tamizamos harina y levadura y reservamos. Batimos aceite, azúcar y huevos hasta que estén bien integrados. Incorporamos la harina y batimos a velocidad baja. Añadimos la vainilla y mezclamos hasta que la masa sea homogénea. La pesamos, la repartimos entre cinco boles y añadimos a cada uno de ellos el colorante deseado.

Horneamos 20-22 minutos o hasta que los bordes se separen ligeramente del molde y al introducir un palillo salga limpio. Desmoldamos cuando los bizcochos estén templados y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Preparamos la crema de mantequilla. Tamizamos unos 400 gr de azúcar superfino o glas sobre la mantequilla que deberá estar a temperatura ambiente y con una consistencia similar a la pomada. Batimos a velocidad máxima durante cinco minutos o hasta que la mezcla aumente de volumen, se aclare y tenga una consistencia similar a la de un helado. En este punto yo voy añadiendo más azúcar glas poco a poco hasta que consigo que la mezcla pierda el sabor a mantequilla pero sin que quede demasiado empalagosa. La verdad es que no soy muy amante de la crema de mantequilla, pero con ella se consiguen acabados muy buenos. Añadimos el extracto que queramos y batimos por lo menos un minuto más. Ahora es el momento de añadir el colorante a la crema.


Por último montamos la tarta y añadimos la decoración. En este caso es un enfrentamiento entre los famosos pájaros enfurecidos contra los malvados cerdos verdes hechos con fondant, regalo de cumpleaños para mi pequeño primo Adrián. He usado una boquilla de césped para hacer los churretillos que imitan al mismo, aunque no conseguí el color de hierba que quería (es lo que tiene la falta de material, no se puede tener de todo), y unos Huesitos para montar la estructura de los cerdos verdes. Añadí un montón de piedrecitas esparcidas a modo de camino y listo. A los niños les encantaron las figuritas y a los adultos el color y sabor de la tarta. Espero que os guste tanto como me gustó a mí hacerla. Disfruté como una niña.



Hasta la próxima!!!